Entrevista a Dimitra Theodossiou en El Comercio

ENTREVISTADimitra Theodossiou

Una griega sabe de tragedias

Por: Enrique Planas

El Comercio, Domingo 12 de abril de 2009.

Sé que los artistas odian hablar de otros artistas. Pero en su caso, hablar de María Callas es casi una obligación…
La Callas es un monstruo. Su nivel es inalcanzable. Desde que ella dejó de cantar, no ha habido otra que lograra tanto. Hay muchas sopranos que querían ser como ella e intentaron imitarla, declarándose como sus herederas, pero no consiguieron un resultado feliz.

¿La diva es una influencia determinante en su carrera?
Hay cuatro aspectos que me acercan a ella: ser griegas, naturalmente, es el primero. Segundo, ambas tenemos el mismo repertorio, ideal para una voz que puede alcanzar la calidad de una soprano de coloratura, dramática y belcantista, y al mismo tiempo, la de un repertorio más lírico “spinto”, de fuerza vocal. Tercero, la importancia que le damos a la interpretación. La razón por la que Callas fue extraordinariamente importante en la historia de la ópera fue porque ella interpretó cada papel. Cada palabra es vivida, estudiada e interpretada. Es increíble descubrir el tiempo de estudio detrás de cada papel. No hay nadie que haya logrado tantas interpretaciones diferentes a tan alto nivel como ella. Finalmente, como cuarto punto, lo más importante: el sentido de la tragedia griega, algo que los griegos llevamos adentro.

¿Y cómo se manifiesta este conocimiento tan privado?
Es algo que no se puede explicar si no lo has vivido. Pienso que, justamente, es este sentido trágico griego la característica que Callas impuso al mundo, la búsqueda de los sentimientos ancestrales, elementales, primitivos. ¡Necesitas un gran esfuerzo para olvidar tu personalidad y buscar la del personaje! Si yo canto el papel de Desdémona, por ejemplo, necesito que Otelo me maltrate, que me jale del pelo antes de llevarme al lecho de muerte. Necesito sufrir para expresar plenamente el personaje, de una forma primitiva, con una violencia que quizás pueda impactar al público, pero que sea verdadera. Todavía se me pone la carne de gallina cuando recuerdo cómo el público se quedó impresionado la primera vez que mi personaje asesina a Atila con su espada. Eso fue algo verdadero, y la Callas lo expresó en el máximo nivel. Puede ser eso lo que le costó la vida también. Ser demasiado fiel a esa tragedia la convirtió en un personaje de tragedia.

Odabella, su personaje en “Atila”, empuña la espada para ejecutar su venganza. ¿Se inspiró también en la tragedia griega para interpretarlo?
Más que en la tragedia griega, asocié el tema a la dominación turca que Grecia sufrió desde el año 1400 hasta el 1800. En ese momento, muchas mujeres griegas tenían la misma actitud heroica para desafiar a los turcos. Conozco muchos ejemplos de mujeres que murieron luchando para intentar recuperar la libertad y la dignidad. Creí que ello estaba muy cerca del sentido del personaje. Pienso que, seguramente, el hecho de ser griega y saber lo que sucedió con mi pueblo, me da más fuerza para lograr este repertorio, tan exigente y difícil. ¡Para interpretar un personaje como Odabella hay que ser más fuerte que una soprano normal! Y, por supuesto, es un gran disfrute.

¿Hay algún motor dramático más potente que la venganza?
Hay dos formas de venganza: la venganza motivada por tus principios y aquella impulsada por el egoísmo, por lo superficial. En la ópera, siempre encontrarás sentimientos absolutos motivados por principios. Los personajes tienen una integridad moral que impide cualquier frivolidad. Medea, por ejemplo, lo deja todo en una época mítica en la que irse de su propia patria significaba no existir más. Papeles como esos hay que tomarlos en serio. Hoy vivimos en un mundo donde no hay principios, y la ópera sigue manteniendo el noble sentido de seguir un orden moral, de honor. Puede sonar anacrónico, pero eso te conecta con el origen de la sociedad. ¡Hoy ya no existe la palabra de honor!

En una entrevista reciente decía que interpretar a Verdi requiere de voz lírica, de voz dramática y de voz de coloratura. ¿Cómo disfruta interpretando papeles tan intensos?
Cuando se estrena un papel, primero hay que estudiar la técnica en casa. Cuando se llega al escenario, debe estar ya todo resuelto para tener la posibilidad de interpretar, de poner los sentimientos, de buscar con el director de orquesta y el director de escena la intención global de la puesta en escena. En ese momento, cuando se juntan la técnica y la interpretación, yo puedo disfrutar porque se trata de un esfuerzo controlado. Cuando digo “¡Hazme devolver mi espada!” o “Santo di patria indefinito amor!” no son solo frases. Son pensamientos y sentimientos. Cerebro y corazón están juntos. Y yo lo disfruto, porque tengo la conciencia de que en ese momento se está produciendo algo vivo, y el público lo capta. Hay una comunicación, una expresión y la realización de todo el trabajo que hay detrás. Eso es lo que hace que disfrute estar en el escenario.

PERFIL
NOMBRE Dimitra Theodossiou
TRAYECTORIA La soprano griega deslumbró en 1999, en el rol de Odabella, en la producción de “Atila” del Teatro Comunale di Bologna y del Teatro Regio di Parma, consagrándose como una de las voces más importantes del repertorio verdiano. 
REPERTORIO Otras óperas que ha interpretado son “Stiffelio”, “Lucía di Lammermoor”, “Norma”, “I Lombardi alla prima crociata” “Macbeth”, “Lucrezia Borgia” , “Mefistófeles”, “Anna Bolena”, “Il Trovatore”, “Otello”, “Don Carlo”, “Medea”, “La Traviata” y el Réquiem de Verdi.

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